Finalizada la saga de Harry Potter, el cine se ha quedado sin su dosis epico-fantástica a la que acudir cada año. Y Hollywood lo sabía, y no ha tardado mucho en darle un relevo a las peripecias del joven Potter.
Seis años han tardado en adentrarse de nuevo en el mundo del joven mago, o más bien del imaginario de J.K. Rowling para darle salida a las mil y una ideas que la escritora tiene en su haber. No por ello ha sido ella misma la que se ha encargado de escribir el libreto para esta nueva película, que si todo va bien, y parece indicar que sí, habrá Animales Fantásticos para mucho tiempo.
Quién mejor que un nuevo personaje para introducirnos en este nuevo mundo de magia y fantasía, Newt Schamander, interpretado por Eddie Redmayne, que en su búsqueda de bestias y animales fantásticos, llega al Nueva York de los años 20 para buscar una nueva pieza de su colección, que guarda celosamente en su maletín mágico, al que se introduce cada vez que quiere cuidad a su magizoo particular. Pero como era de esperar, su llegada al nuevo continente esconde muchos inconvenientes y no menos problemas.
Tras un incidente con uno de sus bichejos, adicto al dinero, Newt ve como su llegada a la nueva ciudad se vuelve caótica con sus animales perdidos y causando estragos allá por donde pasan. Algo que no está muy bien visto en Nueva York, pues hay un Ministerio de Magia, Macusa, bastante más autoritario que lo que ha conocido hasta ahora en Londres. A él se le unira un no mago, sorprendido por todo lo que descubre junto a Newt, y dos hermanas magas que les enseñas el mundo de los hechizos de la gran manzana.
David Yates repite en la dirección tras las últimas películas de Harry Potter, al parecer el más idoneo para seguir mostrando la magia al mundo a través del celuloide. James Newton Howard coge la batuta esta vez, engrosando la lista de grandes compositores que han pasado por la franquicia, como John Williams, Patrick Doyle o Alexandre Desplat, y lo hace francamente bien, dándole espectacularidad y el tono adecuado a las desventuras de Schamander y sus animales.
Pero tras todo lo contado en las anteriores entregas, encontramos aquí una nueva ruta a seguir, un nuevo camino que nada tiene que ver con las anteriores películas, y aquí encontramos el primer fallo, pues vamos predispuestos a seguir bajo unas premisas y unos conocimientos que no se muestran en esta ocasión, todo es nuevo, y siceramente, no encontramos el contenido necesario para desarrollarlo en un largo de dos horas. La película se atasca en varios momentos y no sabemos muy bien hacia donde va, y sinceramente, la caza de los animales por Nueva York no es de lo más interesante.
Otro pero es la cantidad de efectos especiales a lo largo de toda la película, envuelta y revuelta en CGI que no deja espacio para la respiración, lo que termina siendo un batiburrillo bastante incoherente de efectos especiales, donde pasan demasiadas cosas en pantalla y ninguna del todo definida. Creemos que se podría haber hilado todo un poco mejor y dar más empaque al producto.
Pese a todo, el film tiene un sabor a pelí clásica de fantasía, más oscura de lo que podría haber sido, pero que seguro hace las delicias de los seguidores del mundo del mago Potter.
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